Queridos lectores fui a ver la obra “Hay que matar al mayordomo” escrita por el panameño Edgardo Molino García y dirigida por Renán Fernández en el Teatro en Círculo.
¿De que trata? - Es una comedia de espionaje e intriga, donde una mujer contrata a un detective, porque sospecha que a su marido, quien es el gran mayordomo de un distinguido club, lo quieren matar. Tres asesinos a sueldo de distintas nacionalidades combatirán al mejor estilo del “Inspector Clouseau” o Maxwell Smart el Agente 86, por la cabeza de un tal Juan Lucas del Castillo, mayordomo de profesión. Y si usualmente el mayordomo es el asesino… en esta ocasión ¿Quién lo será? ¿El coronel Mostaza con el candelabro en la cocina?
¿Qué me gustó? – En primer lugar, la propuesta estética del director me arrebató. Si usted nunca ha visto en vivo una obra en blanco y negro… no se la pierda: Esta genial. El vestuario en blancos, negros y grises… es divino. Evocó en mí, el Cine Negro y las películas soñadas de Humphry Boagart como “El halcón maltés”. De actuaciones, el más destacado es Rodrigo Farrugia (el detective). Pulgares arriba por su gestualidad y complicidad con el público. Fa-bu-lo-so. Su mancuerna Yilca Arosemena (la secre del detective) se mete a la gente al bolsillo con su frescura, que por alguna razón no me convenció en “Las mariposas son libres”. El diseño de sonido esta entre mis favoritos, que bien escogida cada música.
¿Qué no me gustó? – El final esta ok, solo digo “bueno es el culantro… pero no tanto”. NO me gusta Luigi Lescure, lo siento. Muchos años en las tablas y nada. Es siempre el mismo: gris (salve dios el vestuario del mismo color), no le siento fuerza escénica y todos le roban foco y/o escenas. Para mí, no tiene ángel en el escenario. Detesté el acento TOSCO y mal logrado de Alex Alemán (Asesino de Alemania). ¡Fatal! Me chocaba mucho, en contraste con los bien logrados de Alonso en francés y Molino en italiano.
En general – A pesar que el dramaturgo nos quiere enredar la vida de gratis, con nombres en distintos idiomas que significan lo mismo, el narrador (Enrique Olivella) es vital y salva la trama. El tono de voz de Molino, debo confesar, es impactante, canta bien y cada vez actúa “menos peor” (ya era hora). Amé las referencias cinematográficas, la cámara lenta bien trabajada y las peleas tipo cine mudo simpaticonas. La tramoya se mueve fina, como un bisturí… ¡Bravo!
La sala estaba repleta y la gente se reía a carcajadas. El tema picante y sexual muy bien llevado: Fino, fino. La intriga va hasta el final, de veras te mantiene atrapado. La calificaría, no como la obra del año, pero si como entretenida y ORIGINAL. Se la recomiendo a la familia y a los amantes de Clue. Estará en cartelera en el teatro en Círculo hasta el 30 de septiembre, martes a sábado 8:00pm, domingos 7:00pm. Entrada $15.00, niños y jubilados medio precio. Información 6612-9161 y culturaescenica@cableonda.net
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